La noche me sonríe,
en verdad, son las estrellas que ríen
y en cada estrella, tu sonrisa vive.
Tus abrazos han dejado huellas en mi piel,
tus consejos impregnados en mi mente
y tus últimas semanas que hiciste el papel de padre
quedará grabado en mi corazón para siempre.
Recuerdo nuestro amor inmaculado,
un amor estupendo,
sin intereses ni caprichos.
El juego perfecto:
Yo buscaba más amor en ti
y tú, en mí.
En mis oraciones cojo tus manos,
hablamos algo consternados
recordando los bellos momentos que compartí a tu lado
y al terminar, los dos estamos muy emocionados
porque hemos hablado
y una vez más te he abrazado.
Una noche más cuidarás de mí,
una noche más hablaremos de lo que viví junto a ti,
una noche más te diré cuánto te quiero
y una noche más te darás cuenta lo mucho que te pienso.
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